La palabra dezmonetizada

Se nota el poder que acumularon los Gilets Jaunes en pocas semanas al remarcar que tiene muchísimo más importancia sus decisiones (múltiples y muchas veces contradictorias) que las palabras de Macron.
Esta semana, el lunes, este presidente desmonetizado habló por primera vez desde el principio del surgimiento de los GJ (salvo pocas palabras desde Argentina), proponiendo pagar con una mano lo que saca de los bolsillos con la otra, sin tocar a los de los más ricos (lo que en los medios dominantes llaman una “gran oferta”). Y, aprovechando los cursos de teatro de su esposa, ofreció una interpretación actoral –muy mediocre- de arrepentimiento (por haber insultado casi diariamente a “los galos refractarios” como los llama él, o los “sin dientes” como los llamaba su predecesor Hollande).
El martes ha sido marcado por un atentado después revindicado por ISIS, con varios muertes y decenas de personas heridas, seguido de un show televisivo de la caza del asesino que duro hasta el jueves, cuando la policía lo abatió.
Es decir, en la misma semana hubo dos acontecimientos, un discurso presidencial y un atentado, que hace poco tiempo hubieran captado toda la atención publica y borrado cualquier otro tema. No es lo que esta pasando ahora, lo importante no son las palabras del jefe del estado, y tampoco el shock por la violencia terrorista pudo esconder el enojo generalizado que se mantiene. La presión mediática es muy dura, pero se mantiene una voluntad. Y hasta los medios dominantes lo dicen sin quererlo con la ansiedad que expresan por saber si mañana habrá movilización fluorescente.
La “palabra” que tiene peso no es la de Macron sino la de los Gilets Jaunes, y mañana se sabrá que dicen.

"Macron, no te culeamos, ya que la sodomía es solo entre amigues"