30 de diciembre Desde el principio, e incluso antes del principio, de los Chalecos Amarillos hay denuncias proveniente de las izquierdas y del gobierno por la participación de la extrema derecha en el movimiento. No es que no exista el problema, los insultos racistas, homofóbicos, sexistas etc. son innegables, es que el problema esta muy mal plantado. Es evidente que cualquier movimiento popular en la Europa actual es necesariamente atravesado por expresiones y sentimientos ultra-derechistas, no en vano domina este discurso desde más de 30 años (en el caso francés precisamente). Quedarse ahí, en la pura denuncia, y apartarse seria un poco como si un revolucionario del 1789 dijera “miren, chicxs, acá veo gente que aún le quiere al rey, yo no me meto”. Quedarse en esa denuncia seria cegarse sobre los posibles que se abren en una situación insurreccional. Peor aún esa denuncia impide ver la amplitud real del problema de la extrema derecha que no se limita a Le Pen y los ultras (de de...