El día en que descubrí mi machismo fascista e imperialista
Tuve une
semana complicada con el fascismo; la otra noche me asombre con el resto del
planeta viendo ganar las elecciones estadounidenses a un cerdo que parece directamente
salido de la pesadilla de un sobreviviente de campo de exterminio. Y hoy
descubrí que, en realidad, no soy tan distinto a Donald Trump como ingenuamente
me lo imaginaba. Sí, estaba totalmente convencido de no
tener absolutamente nada que ver con aquel cerdo multimillonario acosador
mentiroso con inmenso ego. Neciamente creí no pertenecer a la misma raza. Pero resulta que en realidad
soy francés así que imperialista, soy hombre así que machista, y soy
critico de la posición adoptada por la FLIA (Feria del Libro Independiente) de
Buenos Aires así que fascista. Machista, fascista e imperialista, nada menos.
Algunas
personas que me conocen me llamaron, asombradas por este giro inesperado. Imagínense,
tan solo algunas semanas atrás era apreciado por intachables feministas, amigo de
izquierdistas de varias vertientes y denunciador permanente de la colonia
occidental en el medio-oriente llamada Israel. “ ¡vos también, Jérémy! ¿Vos
también caíste en el lado oscuro? ¿Como paso tan rápido?”. Esa es la cuestión,
¿cómo tan rápido?. Y ahí vienen dos explicaciones.
Una es la tradicional
fachada, todo lo que pensé y dije durante años escondían siniestros pensamientos
fachoídos que esperaban su hora para saltar a la luz y devorarlo todo. La otra
explicación –la que prefiero porque es más de moda en la era digital- es la de
la radicalización exprés. Sí, ya saben, este extraño fenómeno que sufren
algunos adolescentes delante de sus pantallas, que se convierten del día para
el otro al islam y de ahí se vuelven furiosos yihadistas sanguinarios.
Por suerte a mi me tocó la ultra-derecha y no el Islam, por lo que de ahora en adelante hago parte de los ganadores, de los winers, y los winers no necesitan hacerse explotar como kamikazes ya que poseen drones e otras sofisticadas armas que se manipulan desde lejos. Pronto me vendrán a dejar por delivery un dron, y una tarjeta MasterCard-American Express, y un auto 4x4, y todas esas cosas que tienen los fascistas hechos y derechos (¿las refrigeradoras nuevas hacen parte del kit? perdón por preguntar, aún soy un poco novato en el palo).
Por suerte a mi me tocó la ultra-derecha y no el Islam, por lo que de ahora en adelante hago parte de los ganadores, de los winers, y los winers no necesitan hacerse explotar como kamikazes ya que poseen drones e otras sofisticadas armas que se manipulan desde lejos. Pronto me vendrán a dejar por delivery un dron, y una tarjeta MasterCard-American Express, y un auto 4x4, y todas esas cosas que tienen los fascistas hechos y derechos (¿las refrigeradoras nuevas hacen parte del kit? perdón por preguntar, aún soy un poco novato en el palo).
Ahora
que lo pienso, también cabe una tercera explicación. Esa se refiere menos a lo
que pienso o digo que a como me designan y me asignan una identidad. El
problema de esa nueva explicación es que resulta aún mucho más surrealista que
las precedentes. La historia que llega a este día en el que me convertí en un
fascista machista imperialista empieza unas semanas atrás, en un día soleado en
el cual fui a dar una vuelta a la FLIA a visitar amigos y que acabe golpeado y
escupido por un grupito de jóvenes violentos o violentas según como se lo tome.
Salí del episodio un poco turbado y describí los hechos de manera un poco
ridícula ( “ ¿por qué tuvimos que huir de nuestro propio lugar – la FLIA- en
vez de recibir el apoyo que merecemos frente a esas jóvenes fascistas?” … jeje,
¡cualquiera!).
Post del 17 de octubre |
Pero eso
era tan solo mi versión de los hechos, la misma escena incomprensible para mi era
descripta por una persona que revindicaba ser parte de los atacantes, en un
texto al que tampoco le falta una buena dosis de ridiculez tipo “soy la loba
que canta a la luna”, ¡ay! ¡que miedo! En fin…
Post de la misma fecha o dia siguiente (se guarda anonimato) |
Respondo
en su muro, recordando que tuerce los hechos que yo pude ver (y sin opinar
sobre los que no vi directamente). El comentario es borrado rápidamente e
incluso desaparece la pagina unos días después (pero había tomado fotos, de ahí
esta especie de recorrido de documentos habitualmente llamados a desaparecer).
Comentario mio borrado unas horas después |
Días
después, voy a la Asamblea de la FLIA para contar mi versión de los hechos - esta
contando en este post:
Parte de un post mandado el 9 de noviembre |
Básicamente,
me acerque a la asamblea con la idea de que tenia que hacerse cargo de lo que
pasa en la feria, tomando posición al respeto. Di mi testimonio y mi punto de
vista, y que la asamblea decida que hacer con eso. Decidieron hacer caso omiso
de todos los testimonios que se dieron durante esa interminable sesión de la asamblea,
escribiendo un comunicado que simplemente nos niega para apoyar el grupo
agresor, bajo el pretexto que nos atacaron por razón más importante que
nuestras personas, por la Causa. No importan los hechos precisos que ocurrieron
en esos días en este lugar, solo importa el contexto en que vivimos, es decir
el de un machismo estructural ultra violento. Es así que nos convertimos en
simples daños colaterales en la gran batalla que lleva a cabo esa patota que nos
atacó. Acá el comunicado en cuestión.
Esa negación
me ofendió. Por más pequeña y ridícula que haya sido la agresión inicial es como
recibir otro escupitajo, esa vez de los "amigos". Por lo que reaccioné como lo que hago siempre: criticando y burlándome de la cobardía acobijada en lo políticamente correcto.
Comentario al comunicado de la FLIA-Buenos Aires, 8 de noviembre. |
Y más critica :
A esa
altura llega otro episodio que terminó de convencerme de que algo huele muy mal
en esa asamblea. Resulta que usan una función de privacidad de Facebook con la
cual el que escribe un comentario y sus amigos FB pueden leerlo pero nadie más.
Nos enteramos que existía este tipo de censura solapada y hipócrita –ya que ni
siquiera se asume como tal-, por la casualidad de que un amigo de una amiga quiso
leerlo.
Una asamblea
a cargo de un espacio de edición y escritura –es decir de difusión de ideas- usa
la censura para protegerse de las criticas. Así de simple y escandaloso.
Eso
explica un nuevo post mío (sí, ya sé, es enfermizo. A esas alturas ya no debería
importar un carajo nada de lo que haga o diga tal grupo sectario), pero
mientras tanto recibo unas reacciones a mis enojos facebookeros:
Comentario al post anterior, 10 de noviembre (se guarda el anonimato) |
Lo interesante
es la repuesta a mi invitación a leer lo que explica mi post:
ibid. |
Es una
lógica implacable, no te leo porque sos un fascista, colonizador, misógina etc,
por lo que no sirve ninguna prueba de nada : el enunciado se basta a si mismo,
y es definitivo.
Y ya esta:
los pobres lectores que sufrieron hasta acá este laborioso texto entendieron
como me he vuelto en pocas semanas un fascista machista imperialista.
O como
recibir golpes y por eso mismo ser asignado a una identidad indigna.
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